Sostenibilidad Urbana

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Desde la perspectiva del análisis económico el espacio urbano es un recurso escaso (siquiera por finito) que constituye una parte esencial de un sistema complejo. La economía urbana tradicional ha hecho a lo largo de todo el siglo pasado numerosas aportaciones que nos acercan hoy a una mejor comprensión de la realidad de los sistemas urbanos. Sin embargo, esta visión sigue siendo sesgada, parcial, incompleta (y, como tal, ocasionalmente nociva).

Tradicionalmente, la economía ha desarrollado una suerte de afecto `vírico', destinado a crear anticuerpos, respecto a otras disciplinas del conocimiento como el derecho, la sociología, la geografía o las ciencias naturales. Esta desconfianza (mutua) ha socavado las posibilidades de enfrentar, desde una concepción compleja, una realidad que por definición lo es. No obstante, mientras que los economistas normalmente han hecho caso omiso de la geografía económica, una de sus ramas, la economía urbana, siempre se ha visto forzada, por necesidad, a abordar cuestiones espaciales. La economía urbana, como tal, cuenta con una tradición intelectual añeja y profunda, a pesar de haber sido considerada como una aportación marginal dentro de los intereses fundamentales de la especialidad (Fujita et al.2000:25).

Ahora bien, «¿cómo suelen abordar los economistas la cuestión referida al modo en que la economía organiza el uso de su espacio?»(ibid.) Lo cierto es que la organización del espacio nunca ha sido una preocupación central de la economía y sus practicantes, inmersos en consideraciones en torno al crecimiento de la producción agregada. Aquéllos que lo hacen, en cualquier caso, recurren con insistencia a las aportaciones teóricas contenidas en una serie de modelos formulados originariamente por von Thünen (1826) o a variaciones sobre los mismos.

Ahondar en dichos modelos trasciende las pretensiones de este texto. El objetivo del mismo, por el contrario, es enfatizar sobre la manera de razonar (a partir de argumentos supuestamente económicos) de aquéllos con capacidad de decisión sobre las ciudades, los vicios asociados a dicha manera de pensar y las posibilidades de avanzar hacia prácticas más sostenibles a partir de las contribuciones del análisis económico. Pero, ¿puede sacarnos del problema lo que nos condujo inexorablemente al mismo? ¿Es la economía responsable de todos los despropósitos acontecidos en las ciudades?